Algunos consumidores acuden a una cafetería para tomar un café, se sientan en una mesa, leen el periódico y puede pasar mucho rato antes de que abandone el establecimiento. Para el dueño de la cafetería no resulta rentable, ya que se ocupa una mesa que no permite que puedan sentarse otros clientes que quizá consumirán más, si además añadimos el servicio de internet gratis, es posible que por el precio de un café, los clientes pasen prácticamente toda la tarde en el establecimiento aprovechando la conexión gratuita. Esto dependerá de cada persona, hay quien puede actuar de este modo y hay quien toma más de una consumición compensando en cierto modo los servicios.
Hoy conocemos una iniciativa inusual que podría dar ideas a otros establecimientos, la empresa rusa Ziferblat, responsable de una serie de locales donde se puede consumir un café, leer un libro, escuchar música, tocar el piano o conectarse a internet entre otras actividades, acaba de abrir su primer establecimiento en Londres en el que los clientes deben pagar por el tiempo que pasan en el espacio y no por la consumición, aunque se describe como una cafetería, la percepción es que se trata de un establecimiento en el que se alquila el espacio y el tiempo. Se pagan tres peniques por cada minuto que se pasa en el local.
Los clientes deben pagar por pasar el rato en la cafetería que como hemos indicado, se parece más a un club social, pero quizá compense, ya que se ofrecen una gran cantidad de servicios, además de los mencionados, uno puede pedir unas galletas o unas tostadas, agarrarr un refresco… Este modelo de negocio también tiene su punto débil, más de un listillo va a rentabilizar el tiempo que pasa en el local con creces. Con respecto al trato es como si estuvieras en tu casa, incluso te puedes traer la comida o preparártela allí mismo.
Los clientes deben pagar por pasar el rato en la cafetería que como hemos indicado, se parece más a un club social, pero quizá compense, ya que se ofrecen una gran cantidad de servicios, además de los mencionados, uno puede pedir unas galletas o unas tostadas, agarrarr un refresco… Este modelo de negocio también tiene su punto débil, más de un listillo va a rentabilizar el tiempo que pasa en el local con creces. Con respecto al trato es como si estuvieras en tu casa, incluso te puedes traer la comida o preparártela allí mismo.
Si no quieres consumir nada y únicamente quieres charlar con los amigos, utilizar el local como si fuera un centro de ocio o para el estudio, deberás pagar lo estipulado. Como decíamos, siempre puede aparecer el aprovechado de la situación, pero son muy pocos casos, la empresa asegura que es un negocio que resulta rentable y prueba de ello es su expansión, tras abrir 10 locales en Rusia, han empezado a ampliar fronteras y recientemente han abierto el nuevo establecimiento en Londres.
Ivan Mitin es el propietario y explica que durante el primer mes tras la apertura en el Reino Unido, ya ha logrado una cartera de clientes habituales, considera que los londinenses están preparados para este concepto y entienden la idea rápidamente. Decíamos que es como estar en tu propia casa, el que ensucia debe limpiar, coger la escoba, lavar los cubiertos o vasos que haya utilizado y convierten el espacio en algo propio cuidándolo, estos clientes posiblemente increparán a aquellos cuyo comportamiento no sea acorde a la filosofía del establecimiento.
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