Bañar un cuchillo en vinagre de manzana o mojar la tabla en la que se parte cebolla en el jugo de un limón, usar lentes o hasta ponerse una cáscara en la cabeza son parte de los trucos que muchas personas usan cotidianamente para evitar llorar cada vez que cortan una cebolla.
Por esta razón te compartimos algunas recomendaciones que estamos seguros te serán de mucha utilidad la próxima vez que entres a la cocina:
- La cebolla adecuada. Muchas personas no reparan en el tamaño ni la maduración de una cebolla al momento de comprarla, pero es algo importante. Deben ser peqeñas con la piel fina y estar en perfectas condiciones.
- Limpieza en casa. Hay que lavar las cebollas antes de retirarles las piel, esto ayudará a disminuir el sulfurado de la superficie.
- Cuchillo ideal. Debe ser afilado, sin dientes y de preferencia como los que usan en las cocinas de los restaurantes que son grandes. Esto hará que la hoja entre en la cebollar sin machacar la carne y que sus jugos nos irriten las mucosas.
- Tabla para cortar. No hay que restarle importante a este importante elemento de cocina, pues contribuye a darle estabilidad a los cortes y a evitar entrar en contacto con los jugos que desprende.
- Saber cortar. Hay que saber cortar una cebolla porque de lo contrario terminaremos llorando a mares. Lo ideal es que se haga en dos cortes: en la base y en el tallo. Después de esto se realiza un corte transversal de manera que la cebolla quede en dos partes.
0 comentarios :
Publicar un comentario