La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret o, lo que es igual, conmemorar sus últimos días; por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.
Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.
Dentro de la república distintas tradiciones se llevan a cabo durante la semana mayor, como el Jueves Santo la visita de los siete templos, donde se recrea cuando a Jesús de Nazareth fue enviado siete veces de Herodes a Pilatos dado que ninguno decidía tomar juicio sobre el asunto. Cabe señalar que como una tradición agregada a la visita se consumen tradicionales empanadas rellenas con frutas de temporada, capirotada y romeritos.
El día sábado de Gloria, una tradición guardada principalmente en ciudades pequeñas y pueblos es arrojar agua a sus conocidos o inclusive a transeúntes para celebrar que se ha abierto la gloria con un baño.
La Gastronomía de la Semana Santa corresponde a todas aquellas costumbres culinarias y todos aquellos alimentos permitidos durante el periodo sagrado del cristianismo y suele transcurrir desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, desde el punto de vista litúrgico.
Por regla general se opone por completo a la abundancia mostrada en el Carnaval, una de sus características es la austeridad de la gastronomía de la Semana Santa, tanto en la elaboración de los alimentos como en los ingredientes empleados. La tradición reza que el Viernes de Cuaresma y el Miércoles de Ceniza debe regir el ayuno y la abstinencia de cualquier tipo de alimento durante todo el día, este sacrificio llega al Viernes Santo donde la abstinencia sólo será de alimentos preparados con carne. La excepción a la abstinencia se concede como privilegio por la Iglesia Católica Apostólica Romana en forma de documento denominado Bula: el poseedor de una bula puede ingerir ciertos alimentos en estas épocas, dependiendo del tipo de privilegio concedido.
La comida única que se hacía durante el ayuno antiguamente era a la puesta del sol, tras algún tiempo se fijó a las tres de la tarde, y posteriormente ya desde el siglo XIV se permite hacerla a mediodía. A esta comida se la denominó colación.
La carne es objeto principal de abstinencia, cubre tanto a las carnes rojas (buey, ternera, carnero) como a las carnes blancas (cabrito, cordero, cerdo) y la caza. Este precepto se aplica por igual a los productos de carne: embutidos y demás partes. En algunos casos es permitido el uso de tocino, siempre y cuando no sea posible cocinar con aceites vegetales.
Entre los platillos más codiciados de la cocina mexicana para conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, figura central del cristianismo, encontramos los romeritos y los chiles poblanos, alimentos esenciales en la gastronomía mexicana y representantes de la riqueza culinaria del país de los volcanes.

Aunque la forma de preparar romeritos tiene sus variantes, según la región, no hay viajero que haya visitado México en Semana Santa y pueda presumir de no haber sido conquistado por el sabor y el olor de estas tradicionales plantas que, para los indígenas aztecas, eran un tesoro culinario debido a su valor nutritivo y a la facilidad para conseguirlas antes de limpiar los sembradíos.
Los chiles poblanos resultan una verdadera delicia que se disfruta en varios hogares mexicanos durante la época de Semana Santa y una de las maneras más comunes de probarlos es rellenos de queso, para lo cual se necesitan cuatro chiles poblanos, dos huevos, 300 gramos de queso, harina y aceite.
Primero hay que asar los chiles, quitarles la piel, semillas y venas, luego enjuagarlos con sal y rellenarlos con el queso. Después se cierran con palillos y cada chile se espolvorea con harina, posteriormente se baten las claras de huevo a punto de turrón, se agregan las yemas y se sigue batiendo.
A continuación se pone el aceite a calentar en una cacerola, se cubren los chiles enharinados con el huevo batido, se ponen a freír y durante este tiempo hay que voltearlos para que se doren de los dos lados. Pueden servirse con salsa de jitomate y arroz blanco.
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gastronom%C3%ADa_de_Semana_Santa#M.C3.A9xico
http://www.suite101.net/content/romeritos-y-chiles-poblanos-para-semana-santa-a13808
http://es.wikipedia.org/wiki/Celebraci%C3%B3n_de_la_Semana_Santa
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